martes, 17 de mayo de 2011

Simba, Mi fiel amigo



Canela, se llamaba su madre era su color de pelo
que no se haya marchado, no explica que ya lo eche de menos...
Él me vio crecer, reír, llorar, cantar, jugar, sufrir, caer... Era especial...
Si me veía triste sus ojos marrones me conseguían alegrar.
Movía su cola si le nombraba, él me vio crecer casi con 9 años, ¿un perro? Mi amigo más fiel...
A él le conté mis problemas y ahora le escucho gemir
entre ladridos que acortan el silencio diciendo..."Me he de ir..."
Por más que rece esta noche, mañana no sé si estarás...
Si estás, sufrirás, ve arriba... ¿me esperarás...?
Ya llegaré, y cuidaré de todo ser querido que se fue...
Dejando una puerta abierta,que revienta,si intentas cerrarla con la fe.
¿Volverás? No lo sé. Tus compañeros de jardín te echan ya de menos
y es que eras el líder de nuestro terreno, de ti me despido...repitiendo
Simba... irás al cielo, porque fuiste más que bueno..





Gracias por todos estos años, disfrutando de tu compañía, han sido muchos momentos juntos, que, vivirán por siempre en la persistencia de mi memoria

2 comentarios:

  1. Corría el reloj, no podía detenerlo
    leía tus poemas, escuchaba el gemir de la trompeta,
    incapaz de escaparme del orgullo y la pena...
    TQ

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  2. Conmovedor...
    en la tradición simbólica, los perros son "psicopompos", seres que nos acompañan a los otros mundos...como en tu escrito
    Larga vida a Simba,
    y feliz cumpleaños a tí, sobrino poeta
    Fernando

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